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Número 11 / Julio 2004
Mediación Escolar
Eduardo Corbo Zabatel
De sujetos, técnicas y verdades
De la mediación llamada escolar, se podría decir que encarna una interesante paradoja: su fracaso habilita la posibilidad de pensarla en serio.
No cabe duda que en nuestro país, que ha llegado a tener programas nacionales de mediación escolar, se han hecho muchos esfuerzos aislados y sistemáticos cuyos frutos no están a la altura de tantos cursos de formación de niños y adolescentes y tantas experiencias.
Se podrá para ello argüir razones varias de diverso fundamento o legitimidad: lo reciente de algunas propuestas, que no permitiría una evaluación justa de los resultados, el fuerte autoritarismo de las instituciones educativas en general que hace obstáculo para el cambio, las urgencias de las mismas que las hace trabajar siempre al límite, etc.
Un punto de vista diferente consiste en pensar que la traspolación mutatis mutandi de la mediación jurídica al campo de las escuelas obvió algunos hechos de no poca importancia, que socavaron los intentos, a saber: que la técnica para ser aplicada debe ser comprendida en lo que le da origen y la fundamenta, y también que la función y la forma que asume la ley en contextos educativos no es igual a la que asume en el derecho positivo.
Sumemos a esta importante falencia el hecho de que la mediación a la manera de una fantasía optativa, fue percibida como la posibilidad de un nuevo orden escolar que, ¿cómo podría ser de otra forma?, tendría como rasgo, la eliminación del conflicto.
Of Subjects, Techniques, and Truths
One could say that “school mediation” presents an interesting paradox: its failure has led us to take it seriously.
There is no doubt that our country’s school mediation programs tend to be isolated initiatives that fail to provide results that could be said to reflect the efforts that have been made to implement courses for young people and numerous other programs.
A number of factors, each of which has its own logic and degree of legitimacy, have contributed to this situation. Some initiatives are still in their early stages, which makes results difficult to assess, while educational establishments generally have a strong authoritarian orientation that is resistant to change. We could also blame the stark reality of schools that operate at capacity along with other related problems.
This issue could also be approached from the perspective of the inappropriate transplantation of legal mediation to the educational sphere, an effort that undermined itself by refusing to recognize such significant elements as the fact that origin and content should determine which technique should be applied and the differences between the legal and educational contexts.
We may add to this significant weakness the fact that mediation was thought to offer a chance to create a new school order that—not surprisingly—was characterized by the absence of all forms of conflict.
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Eduardo Corbo Zabatel, Profesor de Historia. Licenciado en Psicología. Magister en Ciencias Sociales. Profesor de la UBA y del Instituto Nacional del Arte. Responsable del Programa de Intervención en Instituciones Educativas, Facultad de Filosofía y Letras, U.B.A. Consultor en gestión y administración de conflictos en instituciones educativas. Ha expuesto en congresos nacionales e internacionales sobre mediación en la escuela y publicado numerosos artículos sobre la especialidad. Eduardo Corbo Zabatel, Professor of History. Licenciado in Psychology; Master of Social Sciences. Professor at UBA and the Instituto Nacional del Arte. Director of the Intervention Program for Educational Establishments of the Faculty of Philosophy and Letters, UBA. Consultant in conflict management and resolution in educational establishments. Speaker at national and international conferences on school mediation, and author of numerous articles on this subject. ATENCION: Si tiene problemas para descargar el archivo, haga
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