la práctica

¿Que son 30 segundos?

Roque González - Mediador

Sabríamos que apenas son la mitad de un minuto, poco tiempo para pensar en algo, es tán breve el tiempo que abarcan unos 30 segundos…  Menos podríamos entender que puedan servir para crear una historia. Pero intentaré contar una historia de vida, común, breve, sencilla, que pretende provocar a la reflexión: - ¿en cuánto tiempo?  La vida, improvisa las condiciones para desencadenar el enojo, la ira, la furia.. En fin para mostrar lo peor de nosotros como personas “civilizadas”. Trataré de poner a la vista como vivimos los mediadores una de tantas las experiencias de mediación…

Una mañana p​arecida a otras…

Un día cualquiera, en una ciudad del interior, a media mañana, de un día de semana, nada especial,… Los protagonistas de esta historia se disponen a desplegar su vida “normal” habitual. Sin tener presente o especular en descifrar: ¿quién planificó o pensó en lo que vendría? Difícil revelar a los culpables que tramaron o pensaron en el desarrollo de esta historia.  

Siempre, casi a diario tenía que soportar esta situación…”la del garaje”. Era frecuente que Beatriz -a pesar de lo que sentía- contener la irritación que esto le provocaba. Tocaba la bocina: una, dos, tres... Luego aceptaba resignadamente los pedidos de disculpas que distintos automovilistas, le ofrecían con gestos o ademanes simples… Nada fuera de lo común… son sólo unos segundos.

Pero ese día, algo desde su interior le gritó: -NOOOO –BAAAASTA!!!  Del malestar paso por alto el ENOJO y dio rienda suelta a la IRA. Tomó su llaves y comenzó a rayaaar el auto de Silvia, lo tomó a golpes de puños y patadas -incluso dobló y rompió los brazos del limpiaparabrisas- en el auto de Silvia… Algo sí, extraordinario, fuera de lo común en Beatriz, que es una persona educada y siempre tolerante…

Los que circulaban por la vereda no atinaron a nada, no tuvieron tiempo… ¿en 30 segundos? La que sí comenzó a reclamarle que parará, fue Silvia. Que recibió como respuestas: insultos, intentos de golpes y palabras con amenazas de muerte. No entendía nada “- Está loca, pensó….”. Y alguien le recordó que la comisaria estaba a menos de 2 cuadras….

El cabo de guardia Servando Aguilera, tomó la denuncia de Silvia. Se pudo leer luego: “la femenina Denunciante, que dice….”: indicando todos datos de la “Otra femenina Agresora”… con domicilio y descripción general de los daños a detallar; y la síntesis de las amenazas y agravios de denunciados…etc.

Luego de darle la copia a Silvia, le indicó que éstos serían derivados a la Fiscalía de turno, para que  intervenga en el caso: y  “- oportunamente será citada por oficio…”  Nada fuera de lo común,¿ no?

Las protagonistas

Silvia una mujer que deja ver en su elegancia, su pasado como modelo profesional – 20 años atrás-, más su simpatía, dificultan deducir a simple vista su edad. Hoy es la propietaria de una mercería en un barrio de clase media, que explota en un local al frente de su casa. Si bien no terminó de graduarse como profesional -sus estudios universitarios los suspendió por abrazar de lleno su carrera de modelo profesional-, cuenta con un nivel intelectual muy bueno, que supo reforzar y afianzar en su juventud en el desarrollo del modelaje. Esto le permitió consolidar y sostener con cierto éxito su emprendimiento accediendo un nivel de vida aceptable. Incluso, además de su linda vivienda, cuenta con un automóvil de pocos años -adquirido con un plan de ahorros, que pudo pagar sin sobresaltos- que usa también para abastecer su negocio de la mercadería de menudeo o poco volumen, en el mayorista ubicado en el centro; a 25 cuadras y a pocos minutos… Hace más de 10 años que se provee de esta manera.

Como clienta conocida de confianza y frecuente, ha acordado con el mayorista hacer el pedido por teléfono, que además de la mercadería también le adelanten y preparen la factura con el monto a abonar, para que la rapidez del pago y entrega sea breve, como beneficio mutuo al optimizar el tiempo.

Era habitual, común,… normal que Silvia proyectara esto, ya que la demora no le impide o afecta en desatender su negocio -hasta cuando no contaba con alguien de confianza que quedara a cargo- tenía preparado un cartelito: “vuelvo en 10 minutos”, para no desaprovechar a sus clientes-. Son unos pocos minutos pensaba, y cuando no había lugar para estacionar al frente, solía parar en doble fila con las balizas encendidas, “total son 30 segundos”.

Ese día usual, normal,… Llega, al frente había estacionado otro vehículo tal vez haciendo la misma operación, también en doble fila. Pensó:”- no vale la pena buscar otro lugar para estacionar, son solo unos segundos (no más de 30…)”. Decidió parar delante del otro, con las balizas encendidas, pero sin advertir que también está en el frente del garaje de la casa de Beatriz.

Beatriz, es una mujer de unos 40 años de edad, profesional universitaria, con 3 hijos adolescentes, divorciada hace cerca de 2 años de otro profesional, Jorge con el que estuvo una relación de casi 20 años entre el noviazgo en la facultad y luego el matrimonio. En síntesis, trata de sobrellevar el estar a cargo de la familia y de superar la situación que le tocó…  Nada excepcional o extraño en estos tiempos.

Otro capítulo: en la​ mediación

Desde la Fiscalía, luego de 18 meses -sin avances del estado en el “estante de casos de violencia callejera, poco graves”. Por sugerencia de una Asistente Fiscal; que había atendido a Silvia en reiteradas ocasiones y fechas, con insuficientes escusas para explicar la demora; se decide derivar el caso con carácter informal (como bay pass, al proceso judicial) al Centro de Mediación Interdisciplinario.

Ahora en el centro de mediación. Silvia llega al horario acordado. Es recibida con cordialidad, explicándole cómo funciona el proceso de mediación privada –no judicial-. Un proceso no forzoso para ambas partes, es decir que es voluntario, que se trabajará en una negociación colaborativa en un ámbito de diálogo respetuoso y confidencial… etc.

Dada la demora de Beatriz, la invitamos a esperar unos minutos tomando un café tratando los mediadores, de explicar por qué se realizaba esta mediación en el Centro de Mediación y escuchar de Silvia su versión de lo ocurrido aquel día.

En un momento la secretaría anuncia la llegada de Beatriz… Salgo a recibirla.

Beatriz, está muy apesadumbrada, compungida… se le notaba muy afectada por el tener que enfrentarse a la mediación (no obstante, la poca información sobre el proceso de mediación privada). Trato de contener sus dudas y sacarla de la congoja que demostraba, explicando cómo trabajaríamos (no representaba para nada a la persona que se describía en la denuncia, que era parte del expediente…). Cuando pudo salir de su estado de angustia, me expresa que esto la pone mal porque luego de ese día fatal, “-cada vez que se presenta o menciona el tema me paralizo”, y quedo afectada durante horas…”. “Imagínese que esto lleva más de un año y medio”…”- y yo no he podido hablar con la Sra del autopedí el teléfono, el domicilio,… primero en la Comisaria, luego en la Fiscalía, pero siempre se negaron a darme información””-Quiero que me Ud. me crea Sr.”, “-Yo no soy esa persona… la que hizo eso. Ese día, me descontrolé…” “-Yo no soy así… es la primera vez en mi vida que me pasa algo así”….

Luego la invitamos a pasar a la Sala, donde Silvia al verla se pone muy tensa, tratando de correrse de su silla, hacia atrás… Reiteramos con la comediadora las condiciones del proceso, con un discurso de apertura muy acotado, dado los diálogos previos con cada una de las participantes. La tensión se notaba en el ambiente. Mientras hablaba la comediadora, yo distribuía las biromes y los papeles para tomar notas de los dichos y/o temas a considerar cuando les toque hablar a cada uno, evitando el interrumpir al otro cuando habla. Ellas ni se miraban…

A la invitación a comenzar a hablar, la respuesta de ambas fue un silencio… de 30 segundos (¡qué largo¡) Los mediadores se miran y …? - Nunca había reflexionado ni estimado la tenacidad de 30 segundos de silencio…

En el segundo 31:…, Beatriz levanta su cabeza de manera muy lenta y mirando de frente a Silvia, dice: “-Silvia, hoy recién puedo hablarte, y primero quiero pedirte perdón” (en un tono sollozante y conmovedor), “- aunque no me conoces, quiero que sepas como le antes dije al Sr., Yo no soy así, nunca me había pasado algo así”. “- No fue lo tuyo lo que provocó mi ira, es que ese día volvía de la escuela de mi hija menor, donde pasé una gran vergüenza, porque me había mentido a mí y a la escuela”. “-No podía aceptar eso, yo no eduqué así a mis hijos”. “-No lo podía entender, ni aceptar”. “-Lo de tu auto, como se dice: fue lo que rebasó el vaso”. “-Pero te juro, que luego intenté ubicarte y hacerme cargo de todo… pero nunca quisieron darme tus datos”.

Allí los mediadores, dudan sí intervenir o no…, cuando Silvia se levanta y se cambia de lugar en su silla, en este momento se ubica al lado de Beatriz (antes estaba enfrente). Intento acompañar el movimiento, pero veo a Silvia emocionada por el relato de Beatriz. Silvia dice: “-te entiendo, muchas veces los hijos nos defraudan con sus mentiras…soy madre también de dos hijas”, “- pero no sé cómo se te dio por agárratelas con el auto… solo paré un instante y deje las balizas encendidas”. Beatriz: “sí, la verdad -no tengo excusas, me enceguecí. Te juro nunca me había pasado… hace un año y medio que no puedo entender que me pasó”,

“- yo me voy a hacer cargo del arreglo de todo…. Discúlpame, discúlpame.”

Silvia: “-.Claro, claro que sí te comprendo. Pero lo del arreglo ya lo hice y lo pagué; porque el seguro no quiso hacerse cargo… “

Los mediadores siguen con atención, sin intervenir ni interrumpir el diálogo…. No hubo necesidad u oportunidad de aplicar las herramientas clásicas o de manual (parafraseo, encuadre, etc.).

Ambas luego se abrazan emocionadamente. Y tratan de acordar sobre lo económico…

Allí ahora, intervienen, explicando que sería oportuno redactar y firmar un acuerdo para luego informar, desde el centro a la Fiscalía, que se llegó a un acuerdo. Ambas asienten.

Luego de una arenga en el cierre, sobre la mediación, agradeciendo y felicitando a ambas por su buena  disposición y comprensión mutua. Y haciéndoles saber que luego la Fiscalía seguramente las convocaría para que presten conformidad para dar por cerrado, o enviar a archivo, el expediente iniciado hace 18 meses.

Todo iniciado en 30 segundos…. y ¿el culpable?  !!La mediación te da sorpresas, sorpresas te da…!!!