la librería

Bibliografía comentada

Lecciones de los maestros

George Steiner

la trama

Ed. Siruela, Fondo de Cultura Económica, México 2004

187 páginas


El texto de George Steiner nos permite desentrañar la relación entre el maestro y el discípulo, el juego de rivalidad, de amor, de pasión y de odio entre ellos. Nos acerca a lo medular que está en juego en el acto de educar y a las consecuencias del acto de enseñar. Rescata a Jesús y a Sócrates como los grandes maestros de la historia y a la ausencia de enseñanzas escritas que ambos nos dejaron, para luego rescatar el valor de la oralidad en la transmisión. Se pregunta que pasó con Pedro que niega a su maestro tres veces, que pasa con Platón que no está presente cuando matan a Sócrates. También se pregunta cómo ponerle precio a la revelación, y lo pone en primera persona: ¿Por qué se me ha remunerado, se me ha dado dinero, por lo que es mi razón de ser y mi raison dâ€etre? Y el libro se convierte un diálogo íntimo entre el lector y el autor, dado que nos incita a entrar en cada una de sus cavilaciones y seguirlo como un laberinto maravilloso de erudición.
Nos entusiasma en cada una de sus reflexiones e interrogantes a una lectura de los maestros clásicos en el entendimiento que uno siempre vuelve a ellos, una y otra vuelta, siempre frustrada y renacida a la vez. Enaltece aquél que ha dado consistencia, sustancia a las sombras, y analiza con profundidad casi ensordecedora al Dante y a su Virgilio.
Celebra la condición erótica del aprendizaje, como condición necesaria y nos recrea las relaciones entre Alcibíades y Sócrates, Eloisa y Abelardo, Miguel Ãngel y Cavalieri, Hannah Arendt con Heideggerd.
Idéntico valor le asigna a la oralidad como presupuesto de la enseñanza: Un hablante puede corregirse en cada punto puede enmendar su mensajeâ€. “La enseñanza oral florece con los errores creativos, con los recursos de la enmienda y la refutaciónâ€. Rescata el marco de los seminarios como una converzazione como dispositivo de aprendizaje que permitía el libre intercambio al margen de toda pompa profesional. Mientras señala que: “La palabra escrita no escucha a quien la lee. No tiene en cuenta sus preguntas y objecionesâ€. Los libros, tal la Biblia, la Torá, el Corán aluden a verdades reveladas, “que convierten el universo en mármolâ€. La instrucción al haber sido dictada es más “dictatorial†que “didácticaâ€.
He rescatado particularmente, diría casi perturbadamente, el párrafo siguiente con el objetivo de compartir el modo más inquietante que he encontrado para describir qué está en juego cuando uno esta en posición de maestro: “Enseñar con seriedad es poner las manos en lo que tiene de más vital un ser humano. Es buscar acceso a la carne viva, a lo más íntimo de la integridad de un niño o de un adulto. Un Maestro invade, irrumpe, puede arrasar con el fin de limpiar y reconstruir. Una enseñanza deficiente, una rutina pedagógica, un estilo de instrucción que, conscientemente o no, sea cínico en sus metas meramente utilitarias, son destructivas. Arrancan de la raíz la esperanza. La mala enseñanza es, casi literalmente, asesina, y metafóricamente, un pecado. Disminuye al alumno, reduce a la gris inanidad el motivo que se presenta. Instila en la sensibilidad del niño o del adulto el más corrosivo de los ácidos, el aburrimiento, el gas metano del hastío. Millones de personas han matado las matemáticas, la poesía, el pensamiento lógico con una enseñanza muerta y la vengativa mediocridad, acaso subconsciente, de unos pedagogos frustrados.....†“….Los maestros de escuela que forman el alma y el cuerpo, saben lo que está en juego, que son conscientes de la interrelación de confianza y vulnerabilidad, de la fusión orgánica de responsabilidad y respuesta (lo que yo llamaría “respuestabilidad†-answerability-) son alarmantemente pocos.â€
Para todos aquellos que nos sentimos comprometidos con el acto de enseñar la lectura del libro es una fiesta inolvidable.

Patricia Valeria Aréchaga