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Bibliografía comentada

Dinámica de la mediación

Jean Francois Six

la trama

Paidós Mediación 5
Editorial Paidós, Barcelona, 1997

Jean Francois Six nos introduce en un debate acerca de los fundamentos y el alcance de la mediación como figura social innovadora. Considera que se le invoca no por casualidad sino por necesidad y se pregunta por qué es esencial hoy y mañana.
Da dos razones para esta necesidad: la inmediatez y la incertidumbre de la era en que vivimos. Hay que resolver urgencias, el proyecto entonces, aparece desvalorizado, como una visión abstracta.
En la incertidumbre de la “mundialización” es donde vacilan los apoyos anteriores de las instituciones y el Estado. Cada uno sabe que tendrá que contar consigo mismo para construir con otros que sufren los mismos males, una nueva red de solidaridad.
El autor propone la mediación como nueva forma. Ya no se trataría de una protección institucional que establece un terreno de coexistencia en el que cada uno se mantiene en sus posiciones sino de paridad, en la que admitirse cercanos y diferentes, semejantes y distintos. Aparece el valor de la terceridad como fuente de reconocimiento. Si dos pueden reconocerse el uno al otro es porque un tercero los reconoce, si todos necesitamos ser reconocidos por un tercero todos necesitamos mediación.
Frente al mundo de la comunicación unidireccional que funciona como “sopa instantánea” frente a la utopía de la “comunicación total”, propone el trabajo de la mediación como la posibilidad de la distinción de aquello que es único, como una invitación al contacto, al lazo, rescate del sentido del misterio y del secreto y apuesta a la salida de espacios bidimensionales.
Que la realidad no sea pensada como esto o aquello, o, como esto y aquello. Lograr suscitar la tercera dimensión, los espacios intermediarios de modo que lo que nazca en presencia de un tercero, sea una salida original realizada por una y otra parte.
La interrogación que guía las paginas del libro es acerca de cómo poner en marcha la dinámica de la mediación y expresa el deseo de conocer una era donde ”lo terciario pueda existir con las brechas que no deja de abrir en los simplismos y en los muros separadores, con los puentes que no cesa de tender entre los seres, los grupos, los pueblos”.
En el camino de esa interrogación provee de un amplio recorrido por la situación actual de la Mediación. Apunta a distinguir aspectos, a sacar a la mediación del ”cajón del sastre” y propone dos tipos de mediación: la mediación institucional y la mediación ciudadana.
A la primera emitida por un poder, proviniendo de cualquier organismo constituido, la designa mediación hombre, a la segunda, independiente, suscitada por la vida cotidiana, en libre asociación, en la base, en libre asociación, la designa mediación mujer. Ambos deben coexistir y en la primera parte del libro aborda sus diferencias, examina las condiciones de coexistencia y plantea las consecuencias.
En la segunda parte, revisa críticamente todos los sectores de la mediación en base a una amplia experiencia recogida en Francia: familia, escuela, empresa, salud, justicia.
Alerta acerca de las dificultades para instalar el dispositivo dentro de las instituciones y la necesidad de distinguir la formación del mediador de cualquier adscripción a otras profesiones.
En cuanto a la identidad del mediador, la ética y la cuestión de la mediación ciudadana propone la vía de asociaciones ciudadanas que no estén atadas a las instituciones, que posean un espacio intermediario y que se ajusten a un código de ética explicito y garanticen la formación de los mediadores que las integran.
Por último, propone una ética del mediador fundada en tres valores: la valentía, la prudencia, la rectitud.
Valentía en el sentido de la resistencia de poner en medio tiempo, espacio, lenguaje y no querer un resultado enseguida.
Prudencia, donde el concepto primero no es resolución de conflictos sino prevención y anticipación.
Rectitud, en el sentido de no perder la finalidad última de su acción. Con respecto a esta finalidad toma las palabras de Paul Ricoeur “Una vida más completa, con y para los otros, en instituciones justas”.
Es con relación a estos valores que cierra el libro con su pensamiento acerca de la formación. Considera tres componentes: el material, la teoría y la práctica.
El material es aquí el hombre como tercera persona en cualquier situación.
La teoría es una forma de acción que transforme un dato (aquí el hombre mismo como mediador). Tiene tres ejes: la relación con uno mismo y con los otros, la relación con la sociedad y la relación con el sentido.
La práctica donde se articulan los tres aspectos teóricos en el estudio de casos y en las primeras prácticas bajo la dirección de un responsable.
En su síntesis final considera la formación del mediador ciudadano una cuestión política, plantea la necesidad de realizar en forma conjunta las dinámicas de individualización e integración, ya que una impide la confusión y la otra crea lazo y ambas tienen que concertarse
Esta ineludible tarea social implica que la formación en mediación sea hecha en forma tal que los ciudadanos tomen conciencia de la necesidad de esos espacios y tiempos intermediarios.

Silvia S. Olmedo